Mirando el cuadro (paso a paso)

lunes, 30 de mayo de 2011
Esto es lo que me entregaron:



Mirando aquel cuadro en algún lugar lejano
Volví a esa ciudad donde fuimos tan felices
Efimero tiempo, lejanos lugares
Nunca estaré tan cerca de ti como lo pienso ahora
Flotando encima de los tejados que son los mismos que no me dejan verte
No añoro nada del pasado porque no sirve de nada
Sólo pienso en un mañana, solo y así sin ti
Camino por el marco del cuadro sin llegar a tocar el lienzo
Tú me impides que me meta y yo quiero estar ahí
Las nubes pasan despacio y yo quiero que siga así
Nada de lo que diga ahora podrá salvarme
Nada de lo que haga ahora podrá dañarte
El tiempo pasó y todo se fue deshaciendo
Lo único a lo que me aferro es a este lienzo...

Hubo una frase que me parecía fuera de lugar, que no encajaba para nada con las otras, y encima no me gustaba ni me creía lo que decía así que esa la eliminé "No añoro nada del pasado porque no sirve de nada"
A partir de esas frases intenté buscar una historia, estructurarla un poco y darle un sentido y una direccirón. Hice "El cuadro"



Mirando este cuadro
en algún lugar alejado
vuelvo a aquella ciudad
donde fuimos tan felices.

Efímero tiempo, lejanos lugares.

Floto por encima de los tejados
que son los mismos que no me dejan verte.
Ojalá pudiera gritarte,
decirte que estoy casi a tu lado.

Sólo pienso en un mañana, solo y sin ti.
Nada de lo que diga ahora podrá salvarme.
Nada de lo que haga ahora podrá dañarte.

Nunca estaré tan cerca de ti
como lo pienso ahora,
caminando por el mardo de este cuadro
sin llegar a tocar el lienzo.

Efímero tiempo, lejanos lugares.

Las nubes pasan despacio y a mí
me gusta que lo hagan así,
igual que lo hizo el tiempo
que borró este lienzo al que me aferro.

Sólo pienso en un mañana, solo y sin ti.
Nada de lo que diga ahora podrá salvarme.
Nada de lo que haga ahora podrá dañarte.

Basándome en "El cuadro" intenté ponerle música y con la primera estrofa no hubo problema pero después la cosa tuvo que estar en maceración mucho tiempo, ahora finalmente logré acabarla y creo que la letra tiene sentido y expresa una serie de cosas conservando mucho de la inspiración inicial y muchas de las palabras que me entregaron.

Mirando el cuadro
(Letra: Marga Rodríguez, Carlos López y Luis Sáez / Música: Luis Sáez)

Mirando este cuadro,
en algún lugar alejado,
vuelvo a aquella ciudad
donde fuimos tan felices.

Efímero tiempo, lejanos lugares.

Yo floto en el aire
y los tejados te esconden.
No puedes oirme gritar
que estoy a tu lado.

Sólo pienso en un mañana, solo y sin ti.
Nada de lo que diga ahora podrá salvarme.
Nada de lo que haga ahora podrá dañarte.

Nunca toco el lienzo,
camino por el marco.
Nunca estaré de ti
tan cerca como ahora.

Efímero tiempo, lejanos lugares.

Las nubes van despacio,
me gusta que lo hagan,
como el tiempo que borró
el lienzo al que me agarro.

Sólo pienso en un mañana, solo y sin ti.
Nada de lo que diga ahora podrá salvarme.
Nada de lo que haga ahora podrá dañarte.

Mirando el cuadro

miércoles, 25 de mayo de 2011
Hace un par de años estando en un bar con unos amigos salió el tema de las letras de canciones. Yo decía por lo general las letras de las canciones si de verdad tienen significado y emocionan suelen ser en la mayoría de los casos letras baádas de tristeza, ellos lo ponían en duda, también dije que no era nada sencillo hacer una letra que no sea una mierda y que tenga cierto significado y cuente algo; ellos dijeron que iban a intentar hacer una letra de canción ese fin de semana.
Al cabo de unos días me dieron un papel con unos cuantos versos, no había exactamente una historia estructurada, más bien una idea y un concepto subyacentes y unas cuantas frases muy buenas.
A mí lo de hacer primero una letra y después ponerle música me parece muy muy difícil, porque o tienes un verdadero poema con la métrica bien medida o después a la hora de meter una melodía va a ser un infierno. Primero hice con lo que había recibido una especie de poema usando la mayoría de las frases que me habían dado pero con ligeras modificaciones y manteniendo siempre la ideas. Quedó una estructura con cuatro estrofas, dos puentes y dos estribillos.
Después llegó el momento de ponerle música, conseguí hacer una melodía para la primera estrofa sin problema pero después la otras no entraban, por cosas de la fermentación y la maceración la cosa quedó ahí durante mucho tiempo. Hace poco volví a echarle mano, fui usando las estrofas que tenía pero cambiando palabras y ajustando para que entraran en la melodía y ayer entre un poco de mareo y alguna nausea ligera creo que terminé.

"Mirando el cuadro" es la historia de alguien que contempla un cuadro y eso le lleva a recordar a alguien de hace mucho tiempo atrás, que se aferra a ese cuadro como vínculo con la otra persona.

En otro momento pongo como fue evolucionando la letra desde el principio al final.

PD: Por supues la canción es bastante triste.

Larala larala laralalaralalaralala larala...

viernes, 20 de mayo de 2011
Una señora de cuarentaymuchos o cincuentaypocos sentada a una mesa en un pub (sólo tiene una cerveza), se levanta y camina de forma realmente extraña, como si estuviera borracha o tuviera un grave defecto al caminar; de fondo suena The Who y en las mesas hay flyers con una foto de fondo de Bobby Farell; yo bebo gintonic (y no me gusta el gintonic pero este es especial) y el pub está medio vacío excepto por una pareja hetero tranquila y una pareja homosexual con un gay super enanito (le recuerdo de otro pub de hace unos tres o cuatro meses atrás) y el otro que protesta por algo en relación al precio del tabaco en la máquina del pub.
No me direis que no acaba uno en escenarios realmente extraños.

Nacho Vegas haría una buena canción con estos ingredientes, Gil de Biedma seguro que sacaba un poema interesante... yo simplemente me acuerdo de ello y pienso que mañana escucharé a Nacho cantar y me digo "nos quedará, menos mal, dry martini, sexo anal... el aire, el aire, quererte es intentar atrapar con las manos el aire, el aire... "

Que por lo menos recuerdes tu propio nombre

miércoles, 18 de mayo de 2011
El lunes por la noche me ocurrió que escribiendo mis datos para la votación en el concurso de tapas escribí mi nombre mal dos veces seguidas, cierto es que era el sexto bar en menos de dos horas, pero tuvo su gracia.

Por cierto hay tapas realmente ricas en el concurso Santiago(é)Tapas, al final te acabas dejando una pasta, pero sólo es dinero. Bastante recomendable probar algunas, la mayoría valen la pena, pero hay alguna espectáculares.
Voy a intentar completar dos etapas, una casi la tengo, a ver si vuelvo a equivicarme escribiendo mi nombre.

Que ni yo recuerde mi nombre.

Ciclotimia

jueves, 12 de mayo de 2011
Tenía pensado escribir sobre casas, sobre las casas en las que he vivido aquí en Santiago, pero finalmente he decidido dejarlo para otro día, me he decantado por hacer un post sincero. Voy a hablar de la ciclotimia, de la ciclotimia que padezco últimamente.

Con un estado de ánimo bastante desmejorado en los últimos tiempos, cosa que no me es extraña porque forma parte de mí, lo que sí noto con cierta novedad es el tobogán en el que me muevo. En otras ocasiones ya me vi impulsado por detalles positivos y derrotado por los negativos, siempre en la parte baja del ánimo claro, pero ahora los detalles que me afectan son insignificantes, muy pequeños.

Noto ascensos infinitesimales en la temperatura, sellos de bonita cotidianidad y entonces durante un par de minutos, o incluso cinco, me da por pensar que ahí está el camino, que por ahí hay una luz y que yendo en esa dirección quizá consiga acabar este 2011. Pequeñas subidas, pequeñas esperanzas de salir más o menos de una pieza de esta calurosa primavera.

El descenso vertiginoso sucede cuando noto vibraciones en la luz que me hacen suponer un apagón, cuando percibo el olor del frío en el aire, como en los días de invierno, ahí es cuendo toca ir hacia abajo, bajar al fondo del mar y notar todo el peso de la columna de agua encima, como un Titanic que ha encontrado a su iceberg.

Ayer me preguntaron si me había vuelto existencialista, y no es que me haya vuelto, en general siempre lo he sido. Creo que uno es responsable de sus actos, también creo en la penitencia por los errores cometidos y que uno tiene que intentar navegar lo mejor que pueda en las circunstancias que le rodean. No creo que tengamos un fin o un destino superior más allá de nuestra misma existencia y de vivirla con el mayor disfrute que se pueda conservando un comportamiento ético y lo más justo posible. Sin embargo me apetece tanto decir "Nena, no sé que es, pero no puedo respirar" y entonces con la cabeza apoyada en un regazo ser abrazado y acariciado, dormirme y al despertar hacerlo igual que cuando me dormí, abrazado y acariciado, pero sintiendo que hay algo por lo que seguir cruzando días.

"Nena, no sé que es, pero este año me está sentado mal, hay algo en mí que no está bien"

Olvidos

lunes, 9 de mayo de 2011
Ayer por la tarde estaba entrando en Santiago y pensé que tenía que coger las llaves para abrir el garaje, inmediatamente supe que no tenía las llaves, ni las del garaje ni las de casa que van en el mismo llavero.
El viernes me fui con un abrigo viejo que se cae a pedazos y el sábado no sé muy bien por qué lo saqué del coche, de hecho cuando lo estaba sacando me pregunté que para qué lo sacaba. En el bolsillo estaban las llaves.


Ante la perpertiva de hacer unos 240 km después de haber hecho ya 120 decidí contactar con Iago para ver si por casualidad se venía para Santiago esa noche y resultó que sí, tendría que esperar un par de horas pero me ahorraría el viaje. Así que aparqué el coche y pensé qué hacer, un domingo a las 9 de la noche es difícil encontrar a alguien que esté disponible, así que al final caminé por la ciudad, estuve en un par de bares tomando unas cañas y me tentó la idea de noche solitaria de bares, pero un domingo hay muchos locales cerrados y además tenía que meter el coche en el garaje así que la borrachera no procedía. Al final caminé, tomé algo y esperé, pero no tenía abrigo y acabó por cogerme el frío.


Me resultan profundamente ofensivos estos olvidos, no suelen pasarme, pero en esta primavera parece que alguno se va dando, igual es el formateo que empieza. Y al final me cogió el frío.

Llamadas de emergencia

viernes, 6 de mayo de 2011
A veces uno ante ciertas situaciones o ante colapsos de la propia persona se ve en la necesidad de realizar una llamada de emergencia. Esas llamadas se hacen a alguien que uno sabe que le va a dar tranquilidad, que escuchar esa voz va a ayudar a que las cosas se pongan un poco mejor.

La cuestión de las llamadas de emergencia es a quien va uno a llamar, porque tiene que hacerlo a alguien a quien se esté dispuesto a contarle ciertas cosas, más importante aún, a alguien que esté dispuesto a escuchar ciertas cosas, a empatizar con uno, a prestar su voz para intentar que en la superficie del mar haya menos olas.

Hace unas semanas tuve que realizar una llamada de emergencia. Mi lista de posibles llamadas entonces la veía muy clara, con tres nombres ordenados, cuatro a lo sumo en situación de máxima necesidad.

Supongo que entonces estaba yo aún un poco metido en el invierno, un poco adormilado en mi esfera llena de niebla, y para mí aquella lista tenía todo el sentido, con su orden de preferencia, con su correspondiente cara al otro lado del número.
Ahora estoy en primavera y creo que aquella lista no tiene sentido. Si la hora de realizar la llamada de emergencia fuera esta en vez de aquella con casi toda seguridad no habría llamada. ¿Me contestarían? Casi seguro que sí ¿Les contaría las cosas? Se me haría difícil ¿Querrían escuchar? Con casi toda seguridad no.

Curiosas las listas de llamadas de emergencia. Son listas que uno tiene en la cabeza, en las cuales los que están seguramente no lo saben y al final sólo es algo que uno cree tener para recurrir en una situación de necesidad, pero lo cierto es que uno siempre está con uno mismo y los demás están al otro lado del teléfono.

Me gusta como andas

jueves, 5 de mayo de 2011
Hace un par de días, el martes o quizá el lunes, estuve en la alameda sentado en un banco al sol, igual que los vejetes, mientras iba cayendo la tarde. La gente tiene esa extraña manía de correr sin ser para perseguir a alguien o para escapar, y me estuve fijando en las distintas maneras de corres de cada quien. Había una tía que corría de una forma muy extraña, por un lado porque tenía mucho pecho y aquello botaba bastante y por otro porque casi parecía Phoebe de Friends cuando iba a correr con Rachel por Central Park, descoordinada, retorciéndose... Después había más chicas corriendo con esa forma rara de correr que tienen las mujeres, ya cuando éramos niños uno se fijaba en que las mujeres corren de forma rara, lanzando las piernas hacia los lados en vez de hacia atrás. Había algunos tíos también son sus peculiares formas de correr, aunque en los tíos la forma de correr suele ser más estándar, la diferencia se nota en la forma de caminar.


Acabé pensando en cómo camina la gente que conozco, casi todos tienen una forma específica de caminar, con unas posturas, unas zancadas, unas maneras de moverse... Muy poca gente no tiene una forma propia de andar, quizá conozco a un par que tienen la suerte de pertenercer a eso grupo que camina bien, sin características que marquen sus formas de moverse.


Al final me cansé de mi banco y me cansé de pensar estas cosas y decidí volver a casa, con mi forma de caminar, que no sé cuál es, porque uno rara vez sabe medir sus propias características y sus propias circunstancias. Me gustaría pertenercer al grupo de los que no tienen forma de caminar propia, pero estoy casi seguro de que no es así.

Cha-cha-cha-cha-changes

lunes, 2 de mayo de 2011
Ya estamos en el mes de las flores, el mes en el que la hierba crece con fuerza en los bordes de los caminos y en los prados que están guardados para la siega.


Llevamos cuatro meses completos del año y ha habido mucho cambios, demasiadas vibraciones sobre la tela del continuo espacio-tiempo, demasiadas gotitas de plomo desprendiéndose de la superficie que suben hacia las nubes violando la ley de la gravedad. Son sólo cuatro meses pero parecen mil años.




A mí nunca me han gustado los cambios, siempre me ha gustado y he preferido la estabilidad, la calma de lo cierto y la ausencia de perturbaciones. En estos cuatro meses ha habído muchos cambios en el cuadro, más por proceso entrópico que por generación, el marco se descascarilla, las pinturas pierden sus tonalidades, incluso los trazos se vuelven borrosos, y el lienzo empieza a romperse en algunas partes. Aún quedan ocho meses, el desierto es mucho más grande de lo que parecía y el hombre de negro cada vez toma más ventaja, la hierba del diablo se insunúa un poco más cada paso y las pistolas de Roland ya no disparan.




"-Pequeño Totó, ¿Sabes por dónde se vuelve a casa?


- (mirada interrogante mientras mueve la cola lentamente de un lado a otro)


-Ya


-


-Caminaremos un poco más, mientras aguanten mis zapatos y tus patitas.


- (mira como si estuviera sonriendo y mueve la cola rápidamente)


-Quizá alcancemos la caravana de nuestros amigos, igual están acampados a las afueras de algún pueblo.


- (Totó sigue intentando mostrar una sonrisa y moviendo la cola con rapidez)


-Quizá han construído casas, quizá hay una para nosotros allí.


-Para nosotros ya no hay ninguna casa, en ningún lado (olfatea el aire, para de mover la cola y deja de sonreir)


-Ya lo sé, Totó, ya lo sé."
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