Tenía pensado escribir sobre casas, sobre las casas en las que he vivido aquí en Santiago, pero finalmente he decidido dejarlo para otro día, me he decantado por hacer un post sincero. Voy a hablar de la ciclotimia, de la ciclotimia que padezco últimamente.
Con un estado de ánimo bastante desmejorado en los últimos tiempos, cosa que no me es extraña porque forma parte de mí, lo que sí noto con cierta novedad es el tobogán en el que me muevo. En otras ocasiones ya me vi impulsado por detalles positivos y derrotado por los negativos, siempre en la parte baja del ánimo claro, pero ahora los detalles que me afectan son insignificantes, muy pequeños.
Noto ascensos infinitesimales en la temperatura, sellos de bonita cotidianidad y entonces durante un par de minutos, o incluso cinco, me da por pensar que ahí está el camino, que por ahí hay una luz y que yendo en esa dirección quizá consiga acabar este 2011. Pequeñas subidas, pequeñas esperanzas de salir más o menos de una pieza de esta calurosa primavera.
El descenso vertiginoso sucede cuando noto vibraciones en la luz que me hacen suponer un apagón, cuando percibo el olor del frío en el aire, como en los días de invierno, ahí es cuendo toca ir hacia abajo, bajar al fondo del mar y notar todo el peso de la columna de agua encima, como un Titanic que ha encontrado a su iceberg.
Ayer me preguntaron si me había vuelto existencialista, y no es que me haya vuelto, en general siempre lo he sido. Creo que uno es responsable de sus actos, también creo en la penitencia por los errores cometidos y que uno tiene que intentar navegar lo mejor que pueda en las circunstancias que le rodean. No creo que tengamos un fin o un destino superior más allá de nuestra misma existencia y de vivirla con el mayor disfrute que se pueda conservando un comportamiento ético y lo más justo posible. Sin embargo me apetece tanto decir "Nena, no sé que es, pero no puedo respirar" y entonces con la cabeza apoyada en un regazo ser abrazado y acariciado, dormirme y al despertar hacerlo igual que cuando me dormí, abrazado y acariciado, pero sintiendo que hay algo por lo que seguir cruzando días.
"Nena, no sé que es, pero este año me está sentado mal, hay algo en mí que no está bien"
Con un estado de ánimo bastante desmejorado en los últimos tiempos, cosa que no me es extraña porque forma parte de mí, lo que sí noto con cierta novedad es el tobogán en el que me muevo. En otras ocasiones ya me vi impulsado por detalles positivos y derrotado por los negativos, siempre en la parte baja del ánimo claro, pero ahora los detalles que me afectan son insignificantes, muy pequeños.
Noto ascensos infinitesimales en la temperatura, sellos de bonita cotidianidad y entonces durante un par de minutos, o incluso cinco, me da por pensar que ahí está el camino, que por ahí hay una luz y que yendo en esa dirección quizá consiga acabar este 2011. Pequeñas subidas, pequeñas esperanzas de salir más o menos de una pieza de esta calurosa primavera.
El descenso vertiginoso sucede cuando noto vibraciones en la luz que me hacen suponer un apagón, cuando percibo el olor del frío en el aire, como en los días de invierno, ahí es cuendo toca ir hacia abajo, bajar al fondo del mar y notar todo el peso de la columna de agua encima, como un Titanic que ha encontrado a su iceberg.
Ayer me preguntaron si me había vuelto existencialista, y no es que me haya vuelto, en general siempre lo he sido. Creo que uno es responsable de sus actos, también creo en la penitencia por los errores cometidos y que uno tiene que intentar navegar lo mejor que pueda en las circunstancias que le rodean. No creo que tengamos un fin o un destino superior más allá de nuestra misma existencia y de vivirla con el mayor disfrute que se pueda conservando un comportamiento ético y lo más justo posible. Sin embargo me apetece tanto decir "Nena, no sé que es, pero no puedo respirar" y entonces con la cabeza apoyada en un regazo ser abrazado y acariciado, dormirme y al despertar hacerlo igual que cuando me dormí, abrazado y acariciado, pero sintiendo que hay algo por lo que seguir cruzando días.
"Nena, no sé que es, pero este año me está sentado mal, hay algo en mí que no está bien"
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