Que alguien recuerde tu nombre

jueves, 28 de abril de 2011
Ha pasado mucho tiempo y por unos motivos u otros he venido disfrutando de una especie de limbo en el cual el mundo fluía sobre mí y a través de mí sin que yo notara como antaño sus efectos reales, pero eso (por lo que sea, no viene ahora a cuento ponerse a explicarlo) ha cambiado y con ello todos los engranajes se han vuelto a poner en marcha y también las necesidades, las cosas que buscan su lugar y deciden que es su hora.

Así llega "Que alguien recuerde tu nombre", una recopilación de 18 poemas, textos o como quiera llamárseles que está formado por cosas que se han ido cocinando lentamente durante años, que surgieron por motivos y en momentos concretos pero se quedaron allí, y por otras cosas nacidas tras la vuelta a la realidad.


"Que alguien recuerde tu nombre" disponible AQUÍ.

Actos Inexplicables

miércoles, 20 de abril de 2011
A veces uno hace cosas y no sabe muy bien por qué. Ayer estaba haciendo unos recados por la tarde, en un día gris y húmedo, decidí pasarme por "Follas Vellas" una tienda de libros, discos y videojuegos de segunda mano. No iba con ninguna intención clara, quizá comprame un llibro, pero últimamente me cuesta mucho decidirme a comprar alguno porque hay cientos de libros y nunca sé cual coger, la mayoría no sé de qué van y los que sé de que van más o menos no acabo de saber si me gustarán lo suficiente como para dedicarle el tiempo de leerlos.


La cuestión es que me puse a mirar discos de vinilo, por echar un vistazo y en parte por una idea que se me ocurriera una vez de comprarme un vinilo (nunca he tenido ninguno) como objeto decorativo. Buscaba algo de Cohen, quizá algo de Queen, o algo así mítico. Había poca cosa, pero encontré el "Senderos de tracición" de Héroes del Silencio por dos euros, la edición de 1990, escrito con boli en la carpeta el nombre del pub al que perteneció en algún momento, el Pub Xestas.


Al final me veo yendo a casa con un vinilo que no podré escuchar porque no tengo plato ni intención de comprarmelo, seguramente ni suene porque estará rayado y como tema de conversación o para explicar por qué me lo compré podría no estar mal, pero mi casa y mi habitación pocas visitas reciben. Una cosa con bastante poco sentido, pero bueno sólo fueron dos euros.




E igual que lo del vinilo está lo de la limonada, que no me gusta la limonada, y ayer me da por hacerme limonada, porque me apetecía limonada. Me salió mal y no me gustó nada, claro es que la limonada no me gusta.




En fin, actos inexplicables en esta primavera rara.

John Locke

lunes, 18 de abril de 2011
(NOTA: Post que tenía en conserva desde hace algunos días)

John Locke es un personaje de Perdidos, todo parecía indicar que era un personaje especial, él también creía que era especial una vez que llegó a la isla. En muchas ocaciones desde niño hubo veces en las que algo o alguien le hizo creer que era especial, pero resultó que no era así, o sus expectativas no fueron correspondidas o alguien le traicionó para conseguir algo de él haciéndole creer que era especial. John Locke creyó que tenía una misión, que la isla le reservaba algo grande, lo creyó a ciegas y lo entregó todo a esa creencia hasta que se dio cuenta de que no era especial, de que sólo había sido un peón en un juego mucho más grande que él. John Locke pensó en un final para su historia y ni tan siquiera eso fue capaz de hacer, alguien lo tuvo que hacer por él.


John Locke se veia al final tranquilo, como en paz consigo mismo, como si hubiera entendido todo lo que había ocurrido. Creo que muchos de nosotros en un momento u otro hemos sido John Locke, todos hemos creído que éramos especiales por las señales que alguien nos enviaba, igual nadie nos estaba utilizando, pero tampoco éramos tan especiales como las señales nos hacían creer. Al final vemos que no somos nada del otro mundo, y vemos que o alguien nos engañó, o vemos que simplemente nos sentimos especiales porque por un momento alguien por alguna extraña razón creyó que lo éramos; y nosotros vivimos de esa creencia.


Al final algunos de nosotros acabamos siendo John Locke, acabamos haciendo que el montón sea un poco más grande y las veces que nos sentimos especiales sólo fue porque alguien creía que lo éramos, alguien nos hizo sentirnos especiales, pero eso es todo. No éramos nada. sólo éramos John Locke.

Pequeñas cosas que hacen que el sol no se apague

jueves, 14 de abril de 2011
En lo que mantiene las órbitas de las esferas hay algo más que la gravedad y en lo que mantiene al sol brillando hay algo más que las reacciones químicas que convierten el hidrógeno en helio. Hay cosas pequeñas que pueden parecer muy menores, muy intranscendentes, y puede que en algún sentido o por alguna parte lo sean, pero son las que hacen que los átomos de las estátuas de piedra se mantengan unidos y no se conviertan en polvo flotanto en el viento para siempre, que las esferas no desafinen del todo su melodía.

Quizá las cosas pequeñas sean una voz en la playa desde miles de kilómetros de distancia, quizá un helado a media tarde o unas olorosas sales de baño regaladas, puede que sean cosas pequeñas, pero lo importante no es lo que son sino lo que significan, o lo que significan para uno, que aún queda alguien que recuerda tu nombre.

Roland Deschain diría algo acerca del honor y de recordar el rostro de tu padre, Wireman diría algo sobre que en las cosas de la mente todos amañamos la baraja, yo sólo digo gracias.

El mejor y el peor momento del día

miércoles, 13 de abril de 2011
Hay en todos los momentos del día uno que es ciertamente extraño. Recientemente he vuelto a disfrutarlo y ahora cada día pienso un poco en su naturaleza y en su porqué, también lo recuerdo mejor cuando ocurría en tiempos ya pasados, en los buenos tiempos, no, en los tiempos, bueno, antes de ahora.

Allá cuando las torres caían en Nueva York, incluso desde bastante antes, cuando Bill Gates aún no había lanzado el Windows 2000, y hasta que los trenes exploraron en Madrid y mucho después había un momento en el día en el que me sentía realmente en paz, ni bien ni mal, en paz. Ese momento es justo después de depertarse, dura tan sólo unos segundos y uno sabe que sólo durará unos segundos, con la cabeza apoyada en la almohada y lo ojos abiertos uno se siente en paz y sabe que esa paz se está terminando, que en en segundos aparecerá un nudo en el estómago, la garganta se volverá rígida y los párpados se cargarán de plomo, pero aunque uno sabe que eso va a pasar, en ese justo momento, no lo siente y simplemente toca esperar a que llegue, y llega, viene como una voz que suena a lo lejos hasta estar gritando detro de uno.

Ese momento al despertar, es mágico porque no debería estar ahí pero está, uno sabe que no debería estar y sabe que se irá muy pronto, y uno simplemente espera tranquilamente a que se termine, porque se va a terminar, y volver a la realidad.

Adios Norteña, olvídame

martes, 5 de abril de 2011
Solía desgastar los pies
recorriendo su piedras,
solía vacíar el corazón
volviendo a cada escenario,
volviendo a cada rincón.

Creo que me dormí una vez,
debía ser julio o quizá febrero;
con las manos llenas de sangre
y el pene irritado me desperté,
una frase escrita en la pared
decía así:

"Te maté antes de que me mataras,
me maté antes de que llegaras.
Adios Norteña, olvídame"

Improvisación no terminada surgida de una canción

Astenia Vital

lunes, 4 de abril de 2011
No acabo de saber por qué pero hay algo en el aire o en la gente que hace que estén a la que salta y busquen motivo de pelea a la mínima de cambio. Con lo bonita que es la paz y la tranquilidad, en estos días de primavera soleada (vamos, yo me paso las tardes durmiendo a oscuras en mi habitación, pero me cuentan que están unas tardes geniales).

Me presentaré a las próximas elecciones generales (yo voy a lo grande, de las locales paso) con un programa claro que consiste en proteger y pormocionar la paz, el amor, el cariño, el espiritu de la navidad, y la primavera... y San Valentín... y... las puestas de sol, las puestas de sol también... las ofertas del LIDL... un poco el olor de la hierba... ah, y la chispa de la vida (la Coca Cola vamos). Si esto haré.

Y este post iba de... ¿de la Coca Cola?

Fátima (Poema inacabado desde hace años)

sábado, 2 de abril de 2011
Ha pasado mucho tiempo desde que escribí llorando la partida de Tito, desde entontes muchas más cosas han cambiado, él por supuesto no ha regresado, aunque cada noche que me acuesto en aquella cama en la que dormimos tantas veces me acuerdo de él, y me acuerdo de tantas otras cosas, de tantas otras vidas, que me parece que llevara aquí más tiempo del necesario.


Hace un rato me sorprendí leyendo un email que escribí allá por 2006 y que ocupaba 10 páginas, no encontré por ningún rincón de mi casa a la persona que lo había escrito, tampoco sé si me hubiera gustando encontrarmela.


Y así en noches como esta me acuerdo de Fátima, recito sus palabras inacabadas y espero a que llegue el día y borre cada partícula de la magia que han ido dejando las horas de noche.

Fátima, Santiago está borracho
tómate otra última copa
y olvida aquel baile
con sus manos subiendo tu falda

Fátima, el día se ha hecho largo,
vete a la cama y duerme un rato
hoy ha sido como ayer
y mañana, igual que hoy, no será nada.

Fátima odia a todo el mundo;
desprecia a los hombres
que calientan sus noches,
que se vacían dentro de ella
y luego se marchan antes de mañana.

Fátima odia estar sola,
pero no quiere estar con nadie.
Recorre las calles y detesta
no conocer a ninguna de las caras
que la miran al cruzarse.

Fátima, es hora de marcharse,
recoge tus noches y tus recuerdos,
ponte un abrigo grueso
porque afuera hace tanto frío como dentro.

Fátima, Santiago se está muriendo,
toma el último tren
y abandona esta ciudad
que ya no te quiere.
Free counter and web stats