Cada vez que me despido de mi abuela y me voy en el coche veo por el retrovisor cómo ella imparte una especie de bendición con la mano y como reza algo. Es un asunto que me desconcierta mucho y que me incomoda bastante.
Me dice que al llegar a Santiago la llamé para saber que he llegado bien (también a mi madre tengo que enviarle una perdida). Es algo que me parece muy irónico, contando que todos los días cojo el coche y hay días como hoy en los que hago unos 300 km, voy por carreteras mucho más peligrosas y por ciudades con bastante tráfico. Bien pensado es una tontería, pero vamos, por otro lado tiene un componente tierno, y tiene el detalle de que realmente no cuesta nada dejar a alguien tranquilo, más allá de que sea algo con sentido o no, al final es una cosa bastante banal.
Mi abuela también tiene la costumbre de decir cuando te vas en coche "Que Dios vaya contigo" y yo siempre he pensado que no quiero que ese señor venga conmigo en el coche, estoy harto de las rarezas de los señores mayores y llevar a Dios de pasajero no me parece una buena opción; de hecho me gusta bastante viajar solo, escuchando mi radio y/o mi música. Me gusta también si viajo con ciertas personas que te hablan de cosas o te comentan aspectos del camino. Recuerdo viajes con gente, los viajes en un choche son un buen punto para fijar recuerdos, para guardar detalles bonitos con gente, para guardar a la gente.
Me gusta la velocidad, cada vez más, la sensación de velocidad te hace sentir que te mueves, que áun no estás quieto del todo. A veces me gustaría poder ir más y más rápido, hasta la velocidad de la luz y ver diluirse todo alrededor, sintiendo simplemente el movimiento, convirtiéndose uno es un simple rayo de energía yendo al infinito. Eso sí, al infinito a la velocidad de la luz pero con una bendición. Siempre está bien que alguien te despida al marchar agitando la mano y te desee un buen viaje.
Me dice que al llegar a Santiago la llamé para saber que he llegado bien (también a mi madre tengo que enviarle una perdida). Es algo que me parece muy irónico, contando que todos los días cojo el coche y hay días como hoy en los que hago unos 300 km, voy por carreteras mucho más peligrosas y por ciudades con bastante tráfico. Bien pensado es una tontería, pero vamos, por otro lado tiene un componente tierno, y tiene el detalle de que realmente no cuesta nada dejar a alguien tranquilo, más allá de que sea algo con sentido o no, al final es una cosa bastante banal.
Mi abuela también tiene la costumbre de decir cuando te vas en coche "Que Dios vaya contigo" y yo siempre he pensado que no quiero que ese señor venga conmigo en el coche, estoy harto de las rarezas de los señores mayores y llevar a Dios de pasajero no me parece una buena opción; de hecho me gusta bastante viajar solo, escuchando mi radio y/o mi música. Me gusta también si viajo con ciertas personas que te hablan de cosas o te comentan aspectos del camino. Recuerdo viajes con gente, los viajes en un choche son un buen punto para fijar recuerdos, para guardar detalles bonitos con gente, para guardar a la gente.
Me gusta la velocidad, cada vez más, la sensación de velocidad te hace sentir que te mueves, que áun no estás quieto del todo. A veces me gustaría poder ir más y más rápido, hasta la velocidad de la luz y ver diluirse todo alrededor, sintiendo simplemente el movimiento, convirtiéndose uno es un simple rayo de energía yendo al infinito. Eso sí, al infinito a la velocidad de la luz pero con una bendición. Siempre está bien que alguien te despida al marchar agitando la mano y te desee un buen viaje.
0 comentarios:
Publicar un comentario