Casas

viernes, 1 de julio de 2011
Este es un post que hace tiempo que tenía en mente, de hecho creo que una vez ya hice algo parecido. Un día pasaba en el coche por delante del sitio donde viví ya hace muchos años y se me ocurrió que tenía que recapitular mis casas.

Las casas como escenarios, como marcos donde ocurrieron cosas que no olvidaremos y con esas cosas, aunque sea como simple telón, recordaremos siempre las casas en las que alguna vez vivimos. Por regla general las escenas principales se llevan todo el protagonismo, es lo suyo, pero suele haber algo anexo que permanece con ellas, el lugar donde se desarrollaron.

El primer año que viví en Santiago lo hice en un bajo que había sido dividido en tres apartamentos de unos treinta metros cuadrados o menos. Estaba en el barrio de Vista Alegre, se suponía que estaba bien porque quedaba cerca de la facultad... ya. Vivir allí no es vivir en Santiago, sobretodo si no conoces a nadie en la ciudad, si no conoces la ciudad y si no sabes qué hacer ni a donde ir. Aquella casa era muy extraña, con la cocina en el pasillo, un minisalón con muy poco uso, una habitación en la que sólo cabía una cama de 90, y cuando digo sólo, quiero decir sólo, para entrar tenías que tirarte en la cama desde la puerta, y una habitación con una cama enorme que lo ocupaba casi todo y muchos armarios empotrados. Hubo humedades, instalación de acumuladores y calor por fin después de sobrevivir con un radiador de aceite.
Aquel sitio era pernicioso para la salud, alguna de la gente que conocí en la facultad le llamabán el zulo. Hay quien dice que no sabe cómo salí de allí cuerdo; yo nunca dije que saliera de aquella manera.
Hubo allí momento bonitos, inocentes, emocionantes, pero mi poca habilidad, mi falta de conocimiento y mi cobardía (entre otras cosas fuera de mi mano) hicieron que la cosa acabara tirando a mal.

El segundo año de carrera empecé a vivir acompañado, cerca de la Sala Nasa. Era un piso muy grande, muy frío, muy impersonal. Viví con Iago y con su hermana, pero creo que no hicimos nada durante todo el año y poco hablamos. De allí recuerdo cantar canciones a voz en grito usando un cepillo del pelo como micrófono, una borrachera solitaria hasta el vómito con una botella de whisky un fin de semana, una calefacción que no calentaba, la canción "El mar no cesa" de Héroes del silencio, "Xana" y el resto del disco "El angel caído" de Avalanch; todo lo que llovió aquel curso; las noches con un nudo en la garganta cuando estaba en cama y otra gente estaba en la calle o en otras camas.
Recuerdo el día que salí de allí. Cómo detesto aquella casa.

La casa en la que vivo, en la que llevo casi diez años (DIEZ AÑOS). Esta es una casa que está en el centro de la ciudad, pero no da a la calle, así que es tranquila, fresca en verano y no muy fría en invierno. Hubo una vez que estuve a punto de cambiarla, más por cambiar de escenario que por ella misma, pero al final cuando el cambio estaba decidido, circunstancias ajenas impidieron que me fuera a la casa que había elegido; me alegro, porque de todas esta es la casa que más me gusta, a pesar de todo lo malo, es casi un hogar, casi mi castillo.
Recuerdo que el primer día que llegué saltó el automático de la luz y resulta que el interruptor en vez de estar en el piso estaba en la sala de contadores de la cual no tenía llave ni conseguí entrar ese día; estudié un examen de matemáticas a la luz de velas. Recuerdo ver en la tele de mi habitación caer las torres gemelas después de decir palabras que creía importantes en el bar de abajo, tenía un examen de Economía Financiera en los días siguientes. Recuerdo también haber visto caer la estatua de Sadam, creo que también empezar la guerra. Recuerdo un día 22 de Junio de 2003, con toda aquella inexperiencia. Recuerdo grabar canciones. Recuerdo recibir un mensaje diciendo que había muerto Michael Jackson...

Y podría estar poniendo recuerdos durante todo lo que queda de noche, pero en todos ellos hay una constante, y es esta casa. A veces parece que las casas son sólo sitios en los que estamos de paso, cosas de usar y dejar, y aún siéndolo, o quizá por eso, ellas se vengan clavándose en nuestras cabezas para ser referentes constantes y eternos de muchas de las escenas de nuestras vidas.

Hay otras casas, pero yo ni he vivido ni he estado en ellas.

¿Recordais alguna casa de forma especial? Pensadlo, y pesad por qué.

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